The Happy Dog 

Entrenamiento y educación canina consciente para una mejor convivencia.

Si quieres entender mejor lo que el mundo significa para tu perro, estás en el lugar correcto!

Nos enfocamos en sus necesidades para lograr cambios a largo plazo y mejoras en su bienestar. 

Detrás de The Happy Dog

Desde que tengo recuerdo que me he fascinado mirando animales, insectos, plantas y el entorno natural en que vivimos. Observar. 

Luego en la universidad al estudiar psicología seguí observando y escuchando con mucha atención. Entendí bastante de las personas, pero simplemente no era mi camino. Entonces, me reencontré con mi verdadera pasión, y decidí empezar a profesionalizar lo que para mí, es un regalo. Esa capacidad de conectar con los animales. 

 He dedicado los últimos 8 años a buscar entender el comportamiento canino y su interacción con los humanos. La llegada de mi perro Tofu marcó un antes y un después y desde entonces, su bienestar y el de todos los perros, me quita el sueño.

Empecé, como muchos, enfocada en el adiestramiento y principios conductuales del entrenamiento para originar/modificar conductas. A pesar de observar buenos resultados y celebrar casos exitosos con diversos clientes, seguía pensando que no era suficiente, algo faltaba o no hacía sentido del todo. 

Entonces me pregunté: será que Tofu está bien o sólo se porta bien. 

Una cosa es enseñarle al perro lo que se espera de su conducta para que pueda basar su comportamiento en reglas y normas generales, y otra cosa es darle las herramientas que necesita para gestionar su entorno, aumentando así su bienestar. Ambas están bien y son necesarias, pero son muy diferentes.

Suena lógico, pero cómo se traduce eso en lo concreto? Cómo lo hacemos? He ahí la necesidad de observar primero y luego actuar, pero en serio. 

 Actualmente veo muchos perros tremendamente reprimidos con dueños que se olvidan de su escencia animal, y perros hiperestimulados bajo la premisa de que "un perro cansado es un perro feliz". Te suena familiar? 

Es que hay tantas otras maneras de abordar esto de la convivencia. Empecemos por mirarnos a nosotros mismos que nos quejamos de que nos falta tiempo. Pero, y si lo tuvieramos... Nos llenaríamos de más actividades o nos pararíamos a pensar, mirar, disfrutar? Quizás no es más tiempo lo que necesitas, sino menos que hacer. 

Bueno, quizás tú no, pero tu perro sí.